miércoles, 24 de abril de 2013

La razón vital, Ortega y Gasset.


En su libro "¿Qué es filosofía?, Ortega consideraba que la gran tarea de la filosofía era hallar la verdad radical  uniendo las dimensiones eternas y temporales.
La dimensión eterna: Ortega consideró una preexistencia (a priori) de la verdad; atribuyéndole a ésta un existir previo, incluso antes de que un sujeto real pudiera establecer juicios de valor respecto a ella (Platón) o pudiera definirla conforme al entendimiento (Kant). Un ejemplo de verdad a priori sería la ley de gravitación universal.
La dimensión temporal: La verdad está sometida al tiempo porque el acto psíquico humano que la aprehende (Zubiri) se da en el tiempo y a lo largo de la historia. Según Heidegger, dicho acto psíquico es el fenómeno o lo factible (lo que se da en la realidad).  Pero las verdades en sí mismas no poseen atributo temporal, no duran ni mucho ni poco. Por este motivo, Platón situó a la verdad en un mundo ideal e intemporal (un lugar extramundo): La región sobre-celeste de las ideas.

Considerando la verdad como una unión de las dimensiones eternas y temporales, Ortega se desvincula del relativismo, que defenderá que las verdades lo serán conforme al entendimiento de los hombres (la verdad la crea el ser humano a posteriori a través de la intelección). Así, habría tantas verdades como maneras de entender la realidad.
Frente al relativismo, Ortega defenderá el perspectivismo: No será la verdad la que cambie, sino la acepción que de la misma tengan los hombres en cada momento histórico, es decir,  lo que provocará  “el cambio” de una verdad será la perspectiva de la historia. Por tanto, la verdad para poder serlo en sí misma (sin el concurso del entendimiento humano) deberá aspirar a ser sobrehistórica e inmutable (no depender de la perspectiva histórica) y deberá poseer, por tanto, carácter de absoluta.

Así, la gran cuestión y el tema fundamental de nuestro tiempo, en palabras de Ortega, será el poder demostrar el carácter absoluto de la verdad.

Pero ¿podemos hablar de verdades absolutas?
La verdad científica: En el parecer de Ortega la verdad científica es exacta pero insuficiente para dar respuesta a la pregunta: “¿podemos hallar verdades absolutas?"
La ciencia solo valida conocimientos que se adquieren tras mediciones matemáticamente exactas, pero la verdad vital que necesita el ser humano, sobre el ser, es inexacta en tanto que inmensurable (no medible) y, por tanto, inaccesible para la ciencia.
La filosofía tiene como misión intentar (Ortega hace hincapié en el hecho de intentar) dar respuesta a las necesidades vitales del ser humano, ya que la ciencia rechaza cualquier intento de validar verdades inexactas.
El ser humano no se contenta con que algo sea y esté ahí, pues para ello ya bastaría la verdad científica, sino que necesita saber (filosofía) la razón de ser de lo que es; de la existencia, de la vida en definitiva.

Sin dicha necesidad de verdad vital, el ser humano jamás hubiese concebido religiones, ni místicas ni filosofías o metafísicas. Y no cabe duda de que es inherente al ser humano concebir ideas irreales y/o fantásticas que pueden ser en la mente humana, pero no existir.
Ejemplo: Podemos pensar en un unicornio; sabemos qué es un unicornio, pero los unicornios nunca han existido.

La verdad vital: Para la verdad vital serán insuficientes tanto el realismo como el idealismo:

El realismo: Considera que el pensamiento es el resultado del ser real (de la realidad). La verdad es la realidad o, lo que es lo mismo, el ser lo es de las cosas (filosofía antigua).
El idealismo: El ser es subjetividad (se conforma en el sujeto). Considera que la estructura del ser (de la realidad) procede del pensar (Kant). La verdad se construye conforme al entendimiento humano. Ya Aristóteles consideró la verdad como la coincidencia de lo real con el juicio lógico o racional del ser humano. Por ello, las tesis racionalistas defienden que la verdad (el ser) funciona y es lo mismo que lo que se piensa.
La razón vital de Ortega romperá con dicho dualismo antagónico (realismo vs idealismo) y concluirá que el ser es el vivir en coexistencia consigo mismo (yo, mente, sujeto) y con las cosas (el mundo o circunstancias, la realidad). Así, la verdad vital radical será la vida: “Yo soy yo y mis circunstancias”, la cosa (realidad)  y el sujeto (idea o pensamiento) en estrecha coexistencia.
 

 

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